
Escucho el viento detrás de la materia oscura.
Danzan las bailarinas invisibles,
con cuerpo de aire y de polvo.
Tras ese sonido irá mi alma.
Dejará la ilusión del vivo.
Se apagan las luces artificiales,
que no proyectan sombras.
Un umbral de terciopelo y moho
divide lo real, lo imaginario.
Las máscaras recobran movimiento,
creyéndose verdaderos rostros.
Mi espíritu expone su última audición.
Se desprende en este ensayo final.
Y detrás del telón,
encontrará la verdad de lo inmaterial.
11 de Julio del 2004.
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