8 nov 2007

Ensueño


En el ensueño de los dioses.
Tal vez en una distracción del destino.
Girará la rueda de la fortuna.
Y elegirá que será el momento.

Se barajará entre las posibilidades,
la única coincidencia, en las cartas del futuro.
El designio de las estrellas,
se inmiscuirá en el determinismo divino.

Los dioses dormirán ahítos de sus amores.
Satisfechos de tanto placer en la eternidad.
Y sin darse cuenta, verterán una gota
de su inalcanzable felicidad.

Y caerá desde cielo, lentamente
hasta la comisura de mis labios.
Caeré en transe.
Yaceré bajo la sombra del árbol de la vida.
Sonriendo en mi ensueño.

Las hojas caerán sobre mi cuerpo como abrigo.
Y el viento cantará los villancicos más tiernos.
Llevándome al éxtasis del descanso.

Y finalmente los dioses torpes,
y aturdidos por tanto beber del néctar de Dionisio.
Volcarán todo su cántaro de amor,
sobre mi.
Y despertaré frente a la visión más perfecta.
Levitaré bajo la luz dorada de la era primera.
Antes de la creación del hombre.
La congruencia de un nuevo universo en la tierra.

Será el momento del encuentro con mi alma beta.
Será el comienzo de otra vida infinita.
En la mortalidad de nuestros cuerpos.
En el encuentro de las estrellas.
En la distracción de los astros.
Sabremos encontrar el camino al ensueño.
Para que nosotros nuevamente
vertamos esa gota perfecta.

8 de Noviembre de 2007.

1 comentario:

Migdalia B. Mansilla R. dijo...

Que se cumplan los ensueños. Los dioses quedarán , como bien dices, ahítos de amor.

Besos,
Migdalia